La persona que no se alegra por tu felicidad puede estar molesta porque siente que no ha hecho lo suficiente para lograr algo similar, reflejando su propia insatisfacción y falta de responsabilidad persona. La felicidad ajena actúa como un espejo que les muestra lo que no tienen o no pueden alcanzar, lo que les conecta con sus propias carencias o problemas no resueltos, generando tristeza o resentimiento y creo que no se dan cuenta que el daño que provoca esta actitud es doble: por un lado, afecta la relación interpersonal al generar tensiones y falta de apoyo; por otro, refleja un malestar interno que impide a la persona envidiosa experimentar bienestar y felicidad genuina.