Muchas relaciones secretas surgen en contextos donde ya existe un compromiso previo, como matrimonios o relaciones estables, lo que hace difícil asumir públicamente un nuevo vínculo. El temor a perder la estabilidad, el estatus, la seguridad económica o la confianza de la pareja y la familia lleva a mantener la relación oculta...
El miedo a afectar a los hijos, a la familia o a otras personas cercanas puede motivar a guardar el secreto. A veces se piensa que revelar la verdad causaría más daño que mantenerla oculta, aunque esto puede generar un sufrimiento prolongado para todos los involucrados.