El humo blanco, conocido como fumata blanca, es la señal tradicional y oficial que indica al mundo que los cardenales reunidos en cónclave han elegido a un nuevo Papa. Cuando tras una votación un candidato alcanza la mayoría de dos tercios requerida, se queman las papeletas junto con productos químicos especiales que generan un humo blanco denso y visible, fácilmente distinguible desde la Plaza de San Pedro Este ritual, lejos de ser "hechicería", es un procedimiento simbólico y práctico, nacido en el siglo XIX para comunicar el resultado de la elección de manera clara y pública, antes de la era de los medios de comunicación instantáneos.