Antes veía que yo no tenía el nivel de mis compañeras de escuela, y que no valía mucho. Pues Satanás me engañó y me sentía acabada y sin solución para mí dolor.
Las miraba mejores que yo. Sanas y extrovertidas, alegres.
Ahora gracias a Jesús, veo que soy valiosa como ellas, como todos, y que el verdadero valor está en mi corazón. Pues me sanó de la fobia social y depresión n.n