Calaverita de Alimcita Parabellum 
En DiamondAsk se paseaba Alim,
con boina y gafas en medio del jardín
quitando la maleza con decisión
mantenía el orden con precisión.
Troll que llegaba, troll que caía,
con un baneo los despedía,
“¡Aquí respeto, no alboroto!”
decía firme, con todo el modo.
Mas en su casa, otra historia había,
los gatos mandan, ¡qué tiranía!
le quitan la cama, ocupan el sillón,
y ella sonríe sin condición.
Cierto día llegó la huesuda astuta,
con paso leve, voz diminuta:
“Alimcita, deja el teclado,
tu viaje eterno ya está pautado.”
“¿Ir contigo? Tal vez, catrina,
pero solo como turista fina
Tengo trolls que aún debo banear,
y gatitos que alimentar.”
La Muerte rió, con gran paciencia:
“Te daré tiempo, con indulgencia.
Pero de venir, vienes! no hay objeción,
¡te haré moderar el panteón!”
Y así, entre cloqueos y gran revuelo,
se fue Alim rumbo al inframundo cielo,
los gatos maullaron en procesión...
¡y ahora en la tumba hay moderación!
